¿Qué debo saber sobre la fiebre?

26/06/2019 - 21:06:51

La fiebre es el aumento temporal en la temperatura de nuestro cuerpo por encima de los 37° C o 38° C, dependiendo de la persona, en respuesta a alguna enfermedad o padecimiento.

Se trata de un mecanismo importante de defensa del cuerpo contra infecciones, que la mayoría de las veces son causadas por virus y con menor frecuencia por bacterias. La fiebre nunca es una enfermedad y en sí misma no causa daño cerebral, ceguera, sordera o muerte, a menos que sobrepase los 42° C. No obstante, cuando es causada por infección rara vez sobrepasa los 40.5° C, a excepción de que la persona esté demasiado abrigada o esté en un lugar caluroso.

Algunos niños predispuestos (4%) pueden experimentar convulsiones febriles; en su mayoría, el episodio termina rápidamente, no causan daño permanente y no significa que el niño tenga epilepsia.

 

Causas de la fiebre

 

  • Infecciones: Casi cualquier infección puede provocar fiebre, desde resfriados y dolores de garganta comunes, infecciones óseas, apendicitis, meningitis, infecciones urinarias, gastroenteritis, infecciones del oído, etc.
     
  • Vacunas: Los niños pueden presentar una fiebre baja durante uno o dos días después de la aplicación de ciertas vacunas, como la vacuna contra la tos ferina acelular (DTaP), la difteria, el tétanos o la neumocócica.
     
  • Dentición: El crecimiento de los dientes de los bebés y niños pequeños puede causar un ligero aumento de la temperatura corporal, no superior a los 37.8° C.
     
  • Trastornos inflamatorios o autoinmunitarios: Tales como la artritis, la colitis ulcerativa, la enfermedad de Crohn, la vasculitis, entre otras.
     
  • Medicamentos: Ciertos antibióticos, antihistamínicos y anticonvulsivos pueden llegar a causar fiebre.
     
  • Agotamiento por calor: Los golpes de calor y la realización de actividad físicas pueden producir un aumento de temperatura.
     
  • Coágulos de sangre o tromboflebitis

     
  • Cáncer: En el caso de la enfermedad de Hodgkin, linfoma no Hodgkin y la leucemia, la fiebre es el primer síntoma del cáncer.

En algunos casos, es fácil determinar cuál es la causa de la fiebre y podremos tratarla nosotros mismos. El objetivo será bajar la temperatura y sobre todo reducir el malestar que provoca.

 

Otros síntomas

 

La fiebre muchas veces puede estar acompañada de otros síntomas y signos, que dependen del causante:

  • Sudoración
     
  • Escalofríos y sensación de frío
     
  • Dolor de cabeza
     
  • Dolores musculares
     
  • Pérdida de apetito
     
  • Deshidratación
     
  • Irritabilidad
     
  • Debilidad general

 

Tratamiento: mitos y verdades

 

Cuando experimentamos una fiebre leve sin otro tipo de síntomas, no es necesario realizar ningún tratamiento más que hidratarnos y descansar un poco más. En el caso de los niños, si observamos que comen, beben y juegan con normalidad, están despiertos y tienen un color de piel normal, la infección probablemente no sea grave.

Cuando la fiebre provoca incomodidad, vómitos, deshidratación o no permite el sueño, sí podremos tomar otras medidas:

  • Ofrecer agua con frecuencia y consumir líquidos en cantidad para mantenernos hidratados.
     
  • Quitar el exceso de ropa pero sin desabrigarnos completamente, y mantener el ambiente a una temperatura templada y bien ventilado. Una capa de ropa liviana y una manta no muy gruesa para dormir son lo indicado.
     
  • Tomar un baño tibio o de esponja puede ayudar a refrescarnos, especialmente luego de tomar medicamento.
     
  • Tomar antitérmicos, como el paracetamol y el ibuprofeno. Para los niños, se suele comenzar por el paracetamol ya que tiene menos efectos adversos. Los niños de 6 meses de edad o menos no deben tomar ibuprofeno, y en el caso de los niños de 3 meses o menos siempre debemos consultar primero al médico. Para suministrar el medicamento, debemos seguir las dosis y normas del prospecto, determinando la dosis según el peso. Si el medicamento es vomitado antes de 15 minutos luego de su ingesta, se puede volver a tomar; si pasa más tiempo no es necesario.

 

También tenemos que tener en cuenta qué es lo que no debemos hacer en caso de fiebre, especialmente en niños:

  • No envolver o abrigar en exceso, especialmente si se presentan escalofríos.
     
  • No realizar baños fríos o fricciones con hielo o alcohol.
     
  • No es aconsejable alternar o combinar paracetamol e ibuprofeno. Si bien la aspirina es eficaz para la bajar la fiebre en adultos, no debe ser administrada a niños.
     
  • No administrar demasiados jugos de fruta, en particular de manzana, a los niños más pequeños. Evitar las bebidas para deportistas.
     
  • No forzar los alimentos.
     
  • No utilizar medicamentos para la fiebre luego de la vacunación.
     
  • No despertar a la persona con fiebre si ya está dormida para darle el medicamento antitérmico.

 

Cuándo consultar al médico

 

El grado de fiebre o la respuesta al antitérmico no son indicadores de la gravedad o la causa de la infección, sino que debemos estar atentos a otros signos y consultar al médico en los siguientes casos:

  • Si se trata de un bebé de tres meses o menos.
     
  • Si la temperatura sube a más de 40° C.
     
  • Si la fiebre dura más de 48 horas.
     
  • Si tiene síntomas como dolor de garganta, de oídos o tos.
     
  • Si ha tenido fiebre de manera intermitente por una semana o más.
     
  • Si sabe que padece una enfermedad seria, como un problema cardíaco, anemia drepanocítica, diabetes, EPOC u otros problemas pulmonares crónicos o fibrosis quística.
     
  • Si presenta un nuevo sarpullido o hematomas.
     
  • Si tiene dolor al orinar.
     
  • Si tiene problemas del sistema inmunitario, por ejemplo debido a terapia crónica con esteroides, trasplante de médula ósea o de órganos, extirpación del bazo, VIH o tratamiento para el cáncer.
     
  • Si ha viajado recientemente a otro país.
     
  • Si el niño rechaza la alimentación y los líquidos.
     
  • Si el niño está adormilado, muy irritable, tiene mal aspecto general, llora en exceso o le cuesta respirar.
     
  • Si el niño tiene manchas en la piel de color rojo oscuro o morado que no desaparecen al estirar la piel.
     
  • Si se presentan vómitos o diarreas persistentes o muy abundantes.
     
  • Si no orina o lo hace de manera escasa.
     
  • Si el niño tiene convulsiones.

La fiebre no necesariamente tiene una causa de gravedad, pero si tenés dudas o muchas molestias, no dudes en consultar al médico.

Fuentes: MedlinePlus, Clínica Mayo, Familia y Salud

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